- ¿Por qué un profesor con una bitácora no es un “blogger”?
- ¿Qué es un profesor TIC?
- ¿Cuáles son las buenas prácticas del profesor TIC?
Por si todo esto fuera poco, lo que se nos presenta como una revolución reproduce características de la sociedad en la que se produce: en el mundo de los blogs también los periodistas, políticos, o personajes que sean referentes en el mundo de la cultura ejercen una especial influencia, por lo que la llamada “horizontalidad” de la información debería ser replanteada. Alrededor de los “blogs” surge, por otro lado, toda una “industria cultural” (término utilizado, con un sentido distinto al que aquí aparece por Th. W. Adorno): expertos, profesores universitarios, políticos o empresarios para los que las bitácoras son una “forma de vida”, lo cual puede ser legítimo, pero no debe convertirse en ejemplo de un profesor que utiliza bitácoras. Libros publicados, congresos universitarios, apariciones en los medios masivos (que por otro lado tanto se denostan desde las bitácoras, situación no carente de cierta tensión interna) son buenos ejemplos de esta “industria” generada. Los mensajes que nos llegan desde estas instancias deben ser leídos, cuando menos, con cautela.
Frente a esto, el profesor no es un “blogger” porque debe utilizar esta herramienta siendo consciente de sus limitaciones y de las implicaciones que su uso conlleva. Afecta a la enseñanza de un modo que el profesor no puede ignorar. El profesor que utiliza bitácoras debe hacerlo con fines educativos o culturales, pero nunca buscando enlaces, visitas, alimentos de ego, o fines ajenos a la educación (promoción personal a nivel político, búsqueda de salidas más o menos “dignas” del aula, contactos en la administración...) El profesor desarrolla su trabajo en el aula, no en la “blogosfera”, y sólo dentro del aula (o en los procesos de enseñanza-aprendizaje que esta implica) pueden resultar útiles todas las herramientas TIC. El profesor aspira a enseñar, algo que, nos guste o no, no es un fin primordial en el mundo de las bitácoras. Por ello se deben tener bien claras cuáles son las virtudes de las bitácoras y aprovechar todas sus posibilidades educativas.
Para responder a la segunda pregunta no podemos olvidar lo que denominábamos “cantos de sirena”: en el mundo educativo se entrecruzan intereses de lo más diversos, que no siempre coinciden con los objetivos de la educación. Investigando en nuevas tecnologías conviene saber por dónde nos movemos: quizás, sin saberlo, estemos haciéndole el “juego sucio” a las grandes empresas corporativas que patrocinan congresos en diversas comunidades autónomas, o a los cargos políticos de la administración que, sin prestar en ningún momento ayuda o interesarse (al menos en ciertas comunidades) por los profesores que están invirtiendo tiempo y dinero en este proceso, encuentran después justificación para organizar políticas educativas de nuevas tecnologías en las que no se tiene en cuenta al profesorado. Por ello, los profesores TIC deben utilizar las nuevas tecnologías, pero por las necesidades que detecte dentro del aula, no por las modas que puedan venir orquestadas desde grandes empresas u organismos políticos.
Partiendo de aquí, podemos caracterizar al profesor TIC como aquel que, antes de ponerse a trabajar con las nuevas tecnologías realiza una reflexión pedagógica seria y profunda, evaluando sus necesidades educativas y las posibilidades y limitaciones de cada una de las herramientas TIC que tiene a su disposición, y los posibles significados de su utilización en el aula (desde el sistema operativo al software libre, pasando por cómo condiciona el “mensaje educativo” el utilizar bitácoras, wikis, Webquests o Cazatesoros...) Conviene también que el profesor TIC no viva hipnotizado por las nuevas tecnologías: él debe saber combinar su uso con otras herramientas (prensa, radio, televisión, libros, bibliotecas...) Y todo ello lo hace por motivos pedagógicos, no por intereses personales (buscar la promoción personal, contactos con la administración), políticos, económicos o ideológicos.
A partir de aquí, podemos extraer diversas “buenas prácticas” para el profesor TIC:
- No perder contenido educativo por utilizar la TIC.
- Pensar siempre en adaptar las TIC a la enseñanza, no la enseñanza a las TIC.
- Evitar el activismo tecnológico. El profesor TIC no se “encierra” con su ordenador en cuanto conoce una nueva herramienta para preparar materiales sin parar. Se “encierra” consigo mismo al pensar en qué puede y no puede hacer con esa herramienta y si conviene o no utilizarla. Se debe evitar el “activismo tecnológico”, y hay que superar el “imperativo TIC”.
- El profesor TIC no utiliza las herramientas para “evadirse” de otros problemas educativos.
En conclusión, podríamos decir que el profesor TIC es más “experto” en enseñanza que en TIC, lo que no impide que, si es posible, deba dominar ambas áreas. Por su especial lugar en nuestra sociedad, el profesor TIC debe ser consciente de los intereses externos, y debe ser crítico con las nuevas tecnologías, lo cual implica mantener una cierta cautela antes de actuar y ser capaz de valorar prestaciones y limitaciones en todas las herramientas. La educación vale más que la tecnología.
Más información: El perfil de un Profesor Tic (I)
Fuente: http://www.aulablog.com/el-perfil-del-profesor-tic-ii
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